jueves, 27 de julio de 2017

Lírico puro, reciente libro de poesía de Willy Gómez Migliaro

“LÍRICO PURO DE WILLY GÓMEZ”*
Por: César Pineda Quilca

En el capítulo primero titulado “Poética de la casa” del libro “Poética del espacio” Gastón Bachelard decía: “Para un estudio fenomenológico de los valores de intimidad del espacio interior, la casa es, sin duda alguna, un ser privilegiado, siempre y cuando se considere la casa a la vez en su unidad y su complejidad, tratando de integrar todos sus valores particulares en un valor fundamental. La casa nos brindará a un tiempo imágenes dispersas y un cuerpo de imágenes. En ambos casos, demostraremos que la imaginación aumenta los valores de la realidad.” En esa línea de construcción íntima y, a la vez, social (o “civil”, como diría el libro anterior del autor), leemos ahora esta nueva entrega “Lírico puro” del poetaWilly Gómez, uno de los poetas importantes de la generación del 90.

Los poemas, que no llevan título, construyen y deconstruyen una casa, se podría decir el alma del poeta, y a su vez lo que ha creado ese “valor fundamental” que dice Bachelard; es decir, el sistema económico que rige la vida posmoderna o simplemente la vida actual, con su conjunto de artefactos, del cual dependemos. Leamos esta cita:

escuchar noticias en la TV mejor no hablar
plataformas de detención de un taller abajo necesitan el control
elegancia de dejar las monturas de carey sobre la mesa llorar
o levantar lo visible
entonces lo palpable

Ciertamente, vemos como se construyen y devalúan los objetos, en la palabra, para instaurar una nueva lectura, una nueva búsqueda de sentido para integrar quizás el alma a las cosas, cito:

en término propio
para la vida social de las cosas

Michel Foucault, en su libro “Las palabras y las cosas” decía que la coherencia entre las teoría de la representación y del lenguaje que caracterizó la época clásica, dejó de tener validez cuando el lenguaje se desvaneció en cuanto “tabla espontánea y cuadrícula primera de las cosas”, para pasar a ser “una figura de la historia coherente con la densidad de su pasado”. Es por eso que los poemas en “Lírico Puro” plantean una poesía que se hace en la lectura, no como algo previo, sino en la misma acción de leerlos; el lector hace el poema, lo termina, construye su objeto poético:

todo vuelve a nosotros sino falta la <<materia soñadora>>
de primer saque a la intemperie
habilidades de armar algo para destruir y anticipar media vida

Dice el poeta en su discurso disidente de lo social y de los artefactos de la casa, donde se juntan las visiones disgregadas con la oxigenación del lenguaje para hacer su utopía:

el tiempo trata cura entonces limpia
cuenta de cajones o profundidad de la piscina

Señala la voz poética que, a su vez, hace una lectura de lo industrial y lo residual de esta época de modernidad fragmentada, de un sistema líquido de posturas ante la fugacidad del tiempo tal como vemos en estos versos:

con ambas manos listo al túnel del futuro
enchapar el fondo y el tobogán
a dos metros de la piscina atemperada
los motores de combustión interna drenan agua fría

La escritura de “Lírico Puro” se impone como una respuesta a la imposición del sentido, de la razón y de una dictadura estética, para abrir una distinta morada de luz, de ahí el no poner títulos a los poemas, o señalar, además, quizás, como un solo poema largo:

alzar razón inmediata del campo al voltear o coser
las cortinas clasifican una prohibición
sin son de paz sin toque de sol si vienen con velcros
armar nuestro ejército inconsciente si vamos por ahí

Vemos entonces una impronta surrealista, de poesía fragmentaria, de discurso disgregado posmoderno; en una poeticidad de las cosas donde podríamos remontarnos a Francis Ponge. Aquí la cotidianeidad se ve atravesada de una industria que hay que cuestionar, preguntarse, porque la poesía de Willy Gómez empuja a las preguntas como puede ser ¿Qué es el capital económico en este nuevo milenio? El capital mueve a las sociedades modernas donde el lenguaje se ha hecho caníbal, y dentro de esa movilización del capital, como parte de esa industria que no debe cesar, el sentido del poema corre con esa velocidad, pero para cuestionarla; así como dice el poeta:

encender nuestro capital financiero
después de perseguir una estructura
burbuja o adobe en mano de niños y al quemar
nadie oye que se arroja destello sensación de prender

Conforme avanzamos en la lectura, son más de cien poemas, nos adentramos en el sistema económico del orden de las cosas, las estructuras y superestructuras de un capital inhumano, pues estamos en la era tecnológica que ordena el caos, salvo el amor; cito estos versos:

tomacorrientes de prueba ante tus ojos quemados a
un paso la peluquería donde arreglas todo
salvo el amor y su creación histórica
disputa entre portafolios y facturas

Son estas empresas en nuestra realidad peruana, que atan, esclavizan, en su informalidad del comercio, en la fragilidad de la pequeña industria, lo que se ha hecho visible en los incendios últimos, y que parecieran que “Lírico Puro” los haya anunciado en versos como estos:

en talleres clandestinos se concibe el error
no un descubrimiento de ilegales
o la naturaleza también es cruel
y ni hablar de envases
de fideos de copias en las máquinas

Efectivamente, hemos entrado hace tiempo a un proceso de descomposición, quizás de crisis del capital de la palabra que no designa grandes discursos, sino que solo acusa los residuos de utopías para señalar sentidos nuevos que el lector habrá que rastrear; de ahí laintertextualidad presente en el libro, las citas a libros de autores peruanos contemporáneos:

ilumina con vallas el movimiento
luego premio en mano
sin pedestal para nadie
informar cruce de líneas tapias a duras penas

El discurso poético reflexiona o dialoga consigo mismo, metapoesía que se erige en una suerte de súper conciencia que lo apunta todo, lo instaura en una nueva hybris, como vemos en este fragmento que es una de las arte poéticas que hay dentro de los poemas:

posturas de sueño y aplausos o
solo puede existir lo que hay allí
raquetita en mano nos hemos adelantado a hablar
suerte o aventura
hybris que empeña en descubrirse

Estamos, para terminar, por tanto, con uno de los mejores poemarios de Willy Gómez, “Lírico Puro”, que es la luz en esta época de oscuridad radiante. Así lo señalan estos versos:

de vez en cuando manzanas despedazando
nuestro sombrío camino del hijo en la placenta
un rayo de luz con agua que soporta
desnudez del lírico puro en ese objeto

Nace así este libro, que ahora el lector habrá de hacerla suya. Muchas gracias, Willy Gómez y a Hipocampo Editores, por hacerme parte de esta lírica presentación.

Lima, 21 de julio de 2017

Nota:


*Texto leído durante la presentación del libro.  


Willy Gómez Migliaro: “Soy un sobreviviente”


Willly Gómez Migliaro, considerado uno de los poetas más importantes del Perú y de Latinoamérica.

domingo, 23 de julio de 2017

Torna sol, reciente libro de poesía de Cynthia Briceño

UN LUGAR TORNA SOL En la introspección 
poética de Cynthia Briceño Valiente
Por Armando Arteaga


Nunca debe tomarse al pie de la letra aquello de que las excepciones confirman la regla. No existe réplica en el discurso humano para explicarnos la belleza de las cosas, y menos para sentir el acto de vivir como una experiencia trascendente. Se trata entonces de provocar el repliegue lúcido del poeta ante la realidad observada y el cultivo de una visión íntima y reflexiva, detenida en los asuntos pequeños y cotidianos, tanto en los escenarios más familiares y resonantes como en el mundo inasible de cada ser, donde el amor cristaliza nuevas formas de aventuras. La disonancia agria de la vida no hará nunca mella en la poesía.
Un trasfondo emocional marcan los poemas de Cynthia Briceño Valiente, se remontan hasta los sentimientos infantiles y amorosos; son reinos combatientes donde se recrea un posible balance biográfico y poético; es decir, estamos, por un lado, ante una obsesión por un tiempo omnipresente; y, por otro lado, fundamentalmente, ante la búsqueda de una ausencia (o la unidad perdida de la infancia en su ámbito lírico), donde fluye la trascendente vida, donde se intenta develar ciertos enigmas funcionales del lenguaje de las cosas, la gramática del buen vivir, el verbo de la existencia y hasta la actuación simbólica del «desencaminar» humano.
En poesía, poner el dedo en la herida es aseverar que siempre terminamos por regresar al primer amor, al saudade, a la nostalgia o al último instante de lo más excéntrico. Fluye en los poemas de Cynthia el amor al terruño, el recuerdo de las bondades y frustraciones de la infancia, el descubrimiento de la pasión y la ternura con que los seres humanos enfrentan las vicisitudes de la vida.
Yacila, Barranco, Piura… son lugares especiales en los poemas de la poeta, donde el amor permanece intacto, nada se deteriora por lo caminado en el trayecto perdido u olvidado, nada lo destruye. Ni el tiempo ni los dolores más intensos de las traiciones humanas pueden con esa sensibilidad excepcional que tiene el mensaje de sus palabras: ese es su triunfo poético. Demostrándonos que, aunque la memoria se desborde como un río caudaloso, nos extinga o nos inmovilice ante lo sagrado de la vida, ante esa admiración por el suceso de vivir, no puede hacer nada el impulso del olvido. Su poesía nos alerta para no zafarnos de las acciones vividas.
Por ello, esta manera de entender la vida en la poesía de la autora es casi siempre un alivio, un respiro de aire puro; es una pasión desbordada, pero ecuánime; una emoción beligerante, pero directa y sincera, en cada circunstancia de la vida que observa, detalla y la hace poética. Su poesía es siempre un reconocimiento al carácter efímero de la vida, digamos, una imitación a la vida, donde se perfilan los caminos de las sensaciones y el pretexto de mostrarnos las experiencias vividas, buscando también la sonoridad de las emociones y las experiencias. En manos de nuestra poeta el lenguaje es, ante todo, un pretexto simbólico de comunicación y un instrumento semántico.
Cynthia Briceño Valiente es poeta solar, enamorada del mar y del desierto. Ha poetizado magistralmente con inteligencia e ironía; a veces, en versos libres, depurando su lenguaje; y otras veces, en un tono esperanzado y religioso, indagando por el lado nocturno de la vida, hurgando en la luz lunar, con cierto tono solemne, en casi todos sus poemas bellos, rigurosos, cálidos, acerca de la experiencia de vivir con alegría (en los límites de la tristeza, es cierto, en algunos). Es una contradicción de sus logros poéticos, en su expresión propia (alejándose del tradicionalismo poético vigente), porque busca el brillo exacto de las cosas sencillas y aborda los objetos olvidados (que describen situaciones metafísicas), donde la belleza lo es todo: es la alquimia del verbo que manda, la responsabilidad de un lenguaje preciso.
¿En qué instante pensamos que un poema asume en nuestra lectura personal una verdad absoluta? No importa que discrepemos con el texto literario o el léxico del poema (sentamos que es una visión del mundo lo que nos entrega un poeta), lo que vale es la emoción, pues se visiona la vida, y así quedan vetados los males del mundo. La poesía echa la vista atrás; supone enfrentarnos a la evidencia que todos sentimos: la inevitabilidad tácita del sufrimiento y de la alegría de vivir. La poesía como un acto de vida es una fuente de primigenia originalidad. Torna sol es una fábrica de excelencia universal: «Yacila», «Inmemorable», «Proporción áurea», «Frente al espejo», «Exhortaciones», «La moneda del César», «Niño costero», «El botón y la rosa», entre otros poemas.
Pocos manantiales tienen la fresca sinceridad de la poesía de la autora tan profusa; primero, en transparencia humana; y luego, en juego de imágenes y abstracciones motivadas por su intuición, su inteligencia, su sensibilidad y su sabiduría. Son versos lumínicos sacados desde las sombras. Muy cerca de la tradición lírica del simbolismo, aunque diferente a Eguren. Sí, más cerca, en el camino y en la sensibilidad poética hermanada de Blanca Varela, de Magda Portal, de la mexicana Rosario Castellanos y de la nicaragüense Claribel Alegría.
Los poemas de la poeta Briceño son tan hermosos como perturbadores. Nos hallamos frente a una mirada profunda y por momentos intensa, fructífera y crítica ante la miseria espiritual que a veces alcanza a la naturaleza humana (llena casi siempre de imprecisiones), ante esa dura realidad observada, a la que contrapone su verismo lírico, su poesía libre, su prospección psicológica, romántica y su espiritualidad. Durante toda la lectura de este poemario, uno va descubriendo el carácter innovador y contundente de su creación; una poesía expresada con la emoción y desenvoltura de su propio lenguaje (de habla recatada), llena de un temperamento humano espléndido, que dice su propia verdad, su mención honrosa de rechazo ante lo desagradable que en algunos momentos tiene la vida (el poema Niño costero, por ejemplo). Encontraremos, además, una gran admiración por el paisaje natural y una enigmática magnificencia ante el misterio de las cosas.

YACILA


En la Yacila dueña
de mis pequeñas riberas,
el verano hacía largo
el camino hasta la orilla.
Y la balsita vieja
de los maderos años
esperaba mar adentro
mi sonrisa aún de niña.
Al lado de los hombrecitos
de espalda amable y fatigada
jugaban nuestros primeros sueños
con la red de pescadores,
y así lanzábamos al aire
un tejido de promesas
y atrapábamos al mal tiempo
y a los peces de colores.
Ahí estaban siempre los niños
que me hablaban de grandes olas
con sus sonrisas de balsitas
y su mirar de aceituna.
¡He respirado tantas veces
tu cielo olor a luna!…
¡Ah, Yacila!, ¡qué fría tu agua,
pero qué tibia tu espuma!
Tu arena ha calentado siempre
las plantas de mis inquietas huellas
que tu playa por las noches
retira, devuelve y esconde.
Y sobre el muelle de tu sol
se levanta la casa de Pedro
que también su barca ha dejado
para pronunciar mi nombre.


Lo tradicional 
y lo novedoso en estos versos
Escribe: Marco Martos

La poesía de Torna sol, el libro que ahora el lector tiene en sus manos, presenta distintas vertientes. En el aspecto temático, recoge de diferentes maneras las experiencias iniciales de la vida transcurrida en los parajes de Piura (en el norte del Perú); los primeros afectos a la naturaleza (el mar de Yacila, por ejemplo) y las iniciales experiencias del amor. Pero puede notarse, en la entrelínea de estos versos, que todo ese mundo es visto desde la distancia de la madurez.
Hay una separación no solo temporal, sino física de ese paraíso perdido; todo lo cual nos hace recordar aquello que escribió Ernesto Sábato, quien consideraba a la infancia como la patria de la que nos han desterrado. En el tiempo cercano, las desdichas que afligen al norte del Perú afloran en uno de los más sentidos poemas.
Desde el punto de vista formal, es una poesía escrita en verso libre, pues no cultiva ninguna de las estrofas conocidas, no utiliza el conteo riguroso de las sílabas, pero conserva, dado el gran conocimiento de la tradición literaria que tiene su autora, un nexo visible con la realización poética de nuestra lengua a lo largo de los siglos en la distribución de los acentos y en las asonancias que aquí y allá van apareciendo. Lo tradicional y lo novedoso parecen darse la mano en estos versos.












A PROPÓSITO DE LA MONTAÑA: LA REGIÓN MÁS TRANSPARENTE EN LOS CUENTOS DE NINO RAMOS

La Montaña de Nino Ramos Panduro, Hipocampo Editores 2022.  Escribe: Mario Suárez Simich La educación tradicional ha acuñado en el imagina...