jueves, 22 de agosto de 2019

Libro de poesía Jaurías de Fabián Bruno Remigio


Jauría

Me han otorgado un nuevo oficio en este mundo,
quieren que funja de sepult
urero de perros.
Cada mañana encuentro un perro muerto en la puerta
de mi casa, y debo cavar la inmensidad.

Más perros escogen mi casa para morir.
Ya perdí la cuenta de cuántos he lanzado a su
sepultura y desde allí, inermes y tristes, me miran:
la melancolía vive en ellos.

No escojan mi casa para morir,
la han invadido toda y ya no soporto sus rincones.
Convivo con la muerte que sorprendo en sus ojos,
me avisa que pronto seré un muerto más.

He aprendido a convivir con este olor,
encuentro en la mirada de ellos la mía.
Aprendí a vivir como hombre.

Soy uno más de la jauría que invadió esta ciudad.


Cover


Soy un fugitivo, un hombre sin tregua,
sin tus cabellos, con mi caballo cansado,
con mi montura rota de sol;
sé que estás lejos de mí, de mi estancia
pasajera, de este hombre que se desgaja de
soledad en las herraduras.
Es hora de ocultarse y ser parte del polvo ruinoso.





















Fabián Bruno Remigio
(Colán, Piura, 1983)

Estudió en la Universidad Nacional de Piura y la Universidad de Piura. El 2004 ocupó el primer lugar en el área de poesía de los Juegos Florales Flor de Achupalla, organizados por la Facultad de Ciencias Sociales y Educación de la Universidad Nacional de Piura. El 2007 ocupó el segundo lugar en el IV Concurso Nacional Escribas Muchiks, género poesía, organizado por el Conglomerado Cultural de Lambayeque.
Ha publicado, en coautoría, el libro Estirpe Púrpura (2010) y la antología de narrativa piurana Bitácora Púrpura (2013). Ha sido antologado en Catástasis 2013 y en Ausente ardor de arena & algarrobos (2017). Tiene una columna cultural en el diario Correo de Piura.


ROGER SANTIVÁÑEZ DIXIT:

Con este libro –titulado muy piuranamente Jaurías– es decir, la mancha de viringos que asola nuestros arenales, el poeta de los tres nombres Fabián Bruno Remigio se entronca con la mejor tradición poética de la región (la que va de Juan Luis Velásquez a Sigfredo Burneo pasando por Marco Martos), pero no se queda allí; nuestro autor –dueño de notable talento e impecable dicción– ha sabido configurar un manojo de poemas –frescos, concisos, compactos– llevándonos en un viaje a través de sus experiencias vitales, transformadas en visiones de proyección universal.
Estos textos –aludiendo al símil de Jaurías– nos aúllan (nos ponen ante la evidencia) de un pueblo –una nación– en lucha permanente por su identidad y su destino. El poeta es testigo y su misión es cantar los affaires de aquella masa humana azotada por la Historia. Y en el meollo de su corazón desolado el cantor es capaz de elevar una música que traspasa el tiempo; he aquí su rol y su registro: yendo desde la casa familiar hasta los contornos del mito; su palabra nos conmueve y nos redime.
Con este singular trabajo, Fabián Bruno se coloca en un especialísimo lugar de expectación en el vasto concierto de la poesía latinoamericana de la actualidad. Y lo hace desde sus cantos choquecos afirmando la melodía piurana –costa norte del Perú– vuelo y silbo de los aires que nos competen con sagrada inocencia y fulgor de sol sobre las dunas quemantes a un paso del mar de Colán.


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